Reunión de la Coalición
Internacional por la Paz
Cada viernes a las 11:00 am (H/Este de EU) — 5:00 pm (H/central europea)
Por Zoom
--Con interpretación simultánea al alemán, español, francés e inglés--
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Reunión #88 de la Coalición Internacional por la Paz (CIP) para el viernes 7 de febrero:
El Plan Oasis: Agua, ¡No guerra!
Un futuro humano para Palestina y la Humanidad
Primero: No intentes hacer a un lado la conferencia de prensa de Trump y Netanyahu del 4 de febrero como otro caso en el que el Presidente lanza propuestas descabelladas como una "táctica de negociación", diciendo que en realidad no quiso decir lo que dijo: Eso es, que Estados Unidos se hará cargo y se "apropiará" de Gaza; que utilizará la fuerza militar "si es necesario" para lograrlo; y que 1,8 millones de palestinos serán expulsados y "reubicados" en países vecinos (países que todos reafirmaron rápidamente que no participarían en dicha limpieza étnica).
A diferencia de otros, “yo no estaba completamente sorprendida” por las declaraciones de Trump, declaró Helga Zepp-LaRouche durante su Diálogo semanal por Internet del 5 de febrero, con el veterano ex analista de inteligencia Larry Johnson. “Ya conocíamos de este plan, que fue publicado por primera vez por la oficina del Primer ministro Netanyahu el pasado mes de mayo”. Además, el Informe diario Daily Alert de EIR informó el 2 de febrero que la aparente agenda de Netanyahu con Trump “incluye discutir la naturaleza de la Fase 2 del acuerdo de alto al fuego e intercambio de rehenes entre Israel y Hamás. Pero Netanyahu tiene una agenda mayor: conseguir que Trump lo respalde en su plan genocida de expulsar a todos los palestinos de Cisjordania y Gaza, y convertir la zona en una región étnicamente limpia del Gran Israel, un viejo sueño del Ministerio de Asuntos Exteriores del imperio británico y su ideología geopolítica".
Hay 61.000 palestinos muertos, según el último recuento oficial, que atestiguan que la aplicación de esa política ya está en marcha en Gaza.
Segundo: La única manera de lograr la paz en la región es avanzar simultáneamente en los frentes político y económico. Es esencial una solución de dos Estados, en la que se reconozca y por fin se ponga en práctica la soberanía de Palestina. Al mismo tiempo, la reconstrucción masiva de la zona debe comenzar como parte de un plan de desarrollo global para la región -el Plan Oasis de LaRouche- en el que China y las naciones de Europa y Estados Unidos deberían cooperar para construir conjuntamente centrales nucleares que permitan desalinizar grandes cantidades de agua para reverdecer el desierto, y construir canales y otras grandes obras de infraestructura.
El Plan Oasis es la respuesta adecuada al intento del consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz, de enmendarle la plana al Presidente ante la tormenta de oposición nacional e internacional, afirmando falsamente el 5 de febrero que "nadie tiene una solución realista" que no sea el plan de Trump. "Yo no creo que [Trump] deba ser criticado de ninguna manera", argumentó Waltz. "Esto va a hacer que toda la región proponga sus propias soluciones si no les gusta la solución del señor Trump".
Habría que informarle a Waltz y a su jefe que a los estadounidenses (y a la gran mayoría de personas en el mundo) no les gusta la propuesta de Trump, y que sería inteligente estudiar y llevar a la práctica en su lugar el Plan Oasis de LaRouche, una propuesta de infraestructura hídrica y desarrollo agroindustrial, con respeto a la soberanía de las naciones.
Tercero: Hay un problema axiomático subyacente en Occidente (incluyendo a Estados Unidos), que hay que abordar de frente, o el genocidio no se detendrá. Y es la creencia profundamente arraigada de que los intereses fundamentales de Estados Unidos están reñidos con los de otros países, que no existe un interés común que comparte toda la Humanidad. Esa opinión es tan falsa como peligrosa.
"Cada vez que un país se considera el único relevante, que es el superior, creo que lleva una dirección terriblemente equivocada", afirmó Zepp-LaRouche. "Hablando como alemana, siempre desconfío. No importa de qué país se trate: si creen que son mejores que los demás, tienen el germen de una catástrofe potencial. Creo que la única forma de que el mundo llegue finalmente a un desarrollo pacífico es que la exigencia legítima de todos y cada uno de los países del planeta vean que sus intereses de seguridad y que su derecho al desarrollo, están protegidos".
Zepp-LaRouche concluyó: “Personalmente creo que el gran reto de nuestro tiempo es convencer a la gente de Europa y Estados Unidos de que estos países [de la Mayoría Global] no son sus enemigos; que el enfoque geopolítico para intentar contenerlos no funciona, no es moralmente sensato y no es factible. Así pues, ¿por qué no cambiar y pensar realmente en un nuevo paradigma en el que todos los países del planeta puedan convivir de forma mutuamente beneficiosa? Cada uno de nosotros tiene fortalezas y los demás tienen ventajas. Si juntamos todo esto, se podría construir una sociedad verdaderamente humana”.
“Todavía estamos en la fase inicial del gobierno de Trump”, subrayó Zepp-LaRouche. “Si nos movilizamos rápidamente, tal vez podamos dar una patada a algo que esté suelto”.
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