Schiller Institute (ES)

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La Humanidad ha llegado de nuevo a la encrucijada anticipada durante el período de la Revolución Americana por Federico Schiller, el Poeta de la Libertad, que en 1785 publicó la obra conocida en prácticamente todos los idiomas, la "Oda a la Alegría", donde se proclama: “Todos los hombres serán hermanos” (“Alle Menschen werden Brüder”). El poema tuvo tal repercusión en aquella época que el compositor Ludwig van Beethoven pasó décadas de su vida buscando el "germen cristalino" que encarnaba el poema que acabaría floreciendo en su última sinfonía de cuatro movimientos, en sí misma un monumento a los principios de la composición clásica.

Este punto de referencia debe despertarse en los corazones y las mentes de todos aquellos que se ven a sí mismos como "Artistas", si nuestra civilización ha de conseguir ahora que la humanidad tome la dirección anunciada por los dirigentes del BRICS, del 22 al 24 de agosto, y por otras asociaciones que se han juntado para crear una nueva reorganización económica mundial justa del colapsado sistema financiero basado en el dólar, y poner fin a la propagación de la guerra mundial, que si se permite que continúe se convertirá definitivamente en una guerra nuclear.

Entre los Artistas del siglo pasado, Yehudi Menuhin, el solista de violín de fama internacional, devoto defensor de la fundación de la Organización de Naciones Unidas, ejemplifica el cuadro que pinta Schiller del verdadero Artista, y cuya determinación por eliminar las causas de la guerra dejó un legado que habrá de seguirse.

Siempre optimista sobre el potencial de avance de la condición humana, Schiller había estimado en su época que la Revolución Americana anticolonial podría reproducirse en una transformación de los gobiernos de algunas partes de Europa, acabando con los vestigios de las prácticas medievales que atentaban contra todos los aspectos del progreso de la condición humana. Con Benjamín Franklin enviado a Francia, los verdaderos dirigentes de la Revolución Americana tuvieron un fuerte impacto en una intelectualidad europea que, desde Francia hasta centros alemanes como la Universidad de Gotinga, pasando por Italia e Irlanda y otras partes de las Islas Británicas, que participaron de múltiples maneras para apoyar en el avance revolucionario en América, y cuyos orígenes se remontan a la influencia de europeos tan destacados como Gottfried Leibniz y sus trabajos sobre economía científica.

El optimismo de Schiller se justificaba, pero era prematuro. Las fuerzas del progreso en los países de Europa no tuvieron la fortaleza o los medios como para aplastar el furibundo ataque que lanzó la oligarquía europea de Londres y Suiza, que sofocó el potencial existente destrozando el sistema político de Francia e imponiéndole al continente a Napoleón como dictador, cuyas guerras se esparcieron continentalmente por casi dos décadas. De este modo, se inició la cuenta regresiva en el mundo occidental para una secuencia de guerras imperiales británicas que comenzó con la "Guerra de los Siete Años, las Guerras Francesa e India" de 1757, y persistió hasta las dos Guerras Mundiales.

El optimismo de Schiller de que se puede revertir una tragedia global como esa que afecta a toda la humanidad, se refleja en el contenido y el método que utilizó en sus dramas sobre la historia de muchas naciones del mundo. Nos corresponde a nosotros aprovechar hoy este optimismo y poner en práctica las ideas de Schiller sobre la verdadera naturaleza de la familia humana de la Humanidad para lograr ahora lo que era imposible hace dos siglos: a saber, un proceso de desarrollo pacífico global del planeta en su conjunto.

Poema de Federico Schiller, "Los Artistas" (Descargar PDF)

Federico Schiller publicó en 1789 su poema "Los Artistas" (Die Künstler), un “poema reflexivo” que él llamó “alegoría” porque reconstruye el proceso por medio del cual el avance de la humanidad, desde comienzos de la creación, necesitaba —y luego generó— genios creativos en formas artísticas y estéticas para alimentar la capacidad creativa de la humanidad. De acuerdo con la "alegoría", han sido los descubrimientos creativos arduamente obtenidos los que han permitido a la humanidad surgir para poner en práctica soluciones a las crisis que amenazan la supervivencia física humana; e igualmente importante, para  luego fundamentar los principios por los que todas las culturas que componen la civilización pueden cooperar, pacíficamente, a partir de los nuevos conocimientos adquiridos, para fomentar el beneficio de todos.

Schiller ofreció, en su poema alegórico, este homenaje a quienes se convierten en Artistas destacados:

Los Artistas

Qué bello estás con tus ramas de palma,
oh hombre, ya cuando el siglo declina,
en orgullosa y noble hombría,
abiertos tus sentidos, con plenitud de espíritu,
lleno de gravedad benigna, en laboriosa calma,
el más maduro hijo del tiempo,
libre por la razón, por las leyes robusto,
por la benevolencia grande, y rico por los tesoros
que te ocultó tu pecho largo tiempo,
señor de la Naturaleza, que tus cadenas ama,
que prueba tu fuerza en mil combates
Y espléndida bajo tu mano ¡del embrutecimiento ascendió!...

En diligencia puede la abeja superarte,
en destreza una lombriz puede ser tu maestra,
con mejores espíritus compartes tu saber,
el arte, oh hombre, solamente es tuyo...

Solo por el portal matinal de lo bello
En el país entraste del conocimiento.

Ha llegado el momento para que se adopte el poema de Schiller como la referencia para un renacimiento de los principios clásicos de la cultura, para asegurar este momento de gran oportunidad histórica, de tal modo que la humanidad se eleve a una dimensión cultural más avanzada desde la cual pueda forjar una política en nombre del Bien, en lugar de los supuestos repetitivos que conducen constantemente a la humanidad a las guerras; y para establecer la justicia económica como fundamento reconocido para un diálogo de confianza entre las naciones. El Instituto Schiller hace un llamado a todos los artistas, pintores, músicos, actores, así como a los científicos, que introducen nuevas ideas en la sociedad, a adoptar y defender la visión de Schiller sobre el papel del Artista en la sociedad, para que en esta coyuntura histórica se defienda la causa de la cooperación pacífica entre las naciones.

Sin la presencia dedicada de quienes defienden los principios clásicos del arte en la sociedad, para abrir "la puerta matinal de la belleza" y expandir nuestro conocimiento y nuestra fortaleza moral, siempre existe el peligro de que las naciones degeneren en un lodo de pesimismo debido a la naturaleza mortal de nuestra existencia individual. ¿Cuál es, al fin y al cabo, el propósito último de la vida? Como seres humanos, no vivimos meramente, como argumentaban los filósofos británicos del siglo 18, simplemente para la “búsqueda del placer y para evadir el dolor”. Hay verdaderamente un propósito inmortal para nuestra existencia mortal.

Como sabiamente advierte Schiller a quienes se inspiran en fenómenos universales para convertirse en artistas:

La dignidad de la humanidad ha sido puesta en tus manos;

¡Nunca la abandones!
¡Se hundirá contigo! ¡Contigo se elevará!
La magia sagrada de la poesía
sirve a un vasto plan universal;
¡Condúcela con calma hasta el océano
de la gran armonía!

La Asamblea General de la ONU y el legado del músico Yehudi Menuhin

Cuando buscaba el proceso por el cual la humanidad podría sustituir la guerra por la reconciliación de conflictos por otros medios, Yehudi Menuhin se sintió fascinado por la armonía natural del arte con los descubrimientos creativos que hacen avanzar la ciencia. Fue partidario de aplicar los descubrimientos de Einstein sobre el átomo al desarrollo de la energía nuclear. En 1959 escribió:

“El acto creativo es tanto parte de la ciencia como lo es del arte, y como debe serlo de todo gesto viviente... Sin duda, el arte y la ciencia fueron y serán siempre uno... Concibo el arte como la organización de un momento vivo y la ciencia como la cristalización de una verdad eterna.”

El significado práctico de esta visión del arte es el siguiente:

El 21 de septiembre, los mandatarios de todas las naciones del mundo se van a reunir en la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York para celebrar el Día Internacional de la Paz. El Instituto Schiller llevó a cabo el 9 de septiembre una conferencia en base al "Llamado a los ciudadanos del Norte Global:¡Debemos apoyar la construcción de un nuevo orden económico mundial justo!" (Llamado a los ciudadanos del Norte Global: ¡Debemos apoyar la construcción de un nuevo orden económico mundial justo! (nationbuilder.com)). Las ponencias (Páneles 09092023 - Schiller Institute (ES) (nationbuilder.com)) de esta conferencia se pueden enviar a todas las organizaciones que están dedicadas a evitar la guerra. La conferencia reflejó el trabajo de la Coalición Internacional por la Paz (CIP), inspirada por Helga Zepp-LaRouche, y que el 6 de agosto reunió a una amplia alianza de dirigentes de varias naciones del mundo, denominada Humanidad por la Paz, en la Plaza Dag Hammarskjold frente a la sede de la ONU en Nueva York, como homenaje solemne a las víctimas de los ataques nucleares a Hiroshima y Nagasaki.

El Instituto Schiller fue creado por Helga Zepp-LaRouche en 1984 para promover una nueva dinámica en la diplomacia mundial y en las relaciones entre naciones, basada en los descubrimientos sobre política económica del economista físico y ocho veces candidato a la presidencia de Estados Unidos, Lyndon LaRouche. El concepto subyacente a las décadas de trabajo del Instituto Schiller era actuar, de manera preventiva, tomando el momento de crisis que, como Schiller identificó en su trabajo sobre la educación estética y los principios clásicos, prepara a la humanidad para un desarrollo ascendente de la civilización, en el momento en que la fuerza aplastante de la pobreza global, el colapso del sistema del dólar como LaRouche predijo en 1971, y el peligro de la aniquilación nuclear, finalmente conmocionen a la gente para construir alianzas en torno a verdaderas soluciones a estos problemas.

Nos encontramos hoy, de hecho, en la "vertiente de un milenio", desde la que los cambios sobre los que ya se está deliberando, como la Cumbre del BRICS en Johannesburgo, Sudáfrica, que se llevó a cabo del 22 al 24 de agosto, presagian un punto de inflexión largamente esperado en la historia del mundo. Tenemos la oportunidad de mejorar las condiciones de la humanidad y superar tanto la pobreza como la guerra como nunca antes ha ocurrido en la experiencia humana.

Ese momento de cambio dramático potencial, que pondría fin a casi un milenio de atraso impuesto en la historia de la humanidad, está ya sobre nosotros. Como señaló el gran poeta inglés, Percy Shelley, los grandes pensadores y poetas esperan con expectación esos raros momentos en los que, de repente, un gran número de personas, incluidas las que intentan dirigir las instituciones de gobierno, se vuelven susceptibles de "recibir e impartir ideas profundas sobre el hombre y la naturaleza", permitiendo que una elevación del pensamiento y la cultura humanos eleve la condición de naciones enteras.

El Artista verdadero desempeña un papel indispensable en la capacitación de las naciones y los individuos para tener éxito en este proceso. Después de la Segunda Guerra Mundial, Menuhin, defensor de la Organización de las Naciones Unidas, vivió una hermosa vida, demostrando que el genio artístico es un compañero natural de la moral política. Contrariamente a la cultura modernista que se difunde hoy en día, no se plegó a la opinión popular de que los artistas están motivados principalmente por la gratificación personal y viven ajenos a lo que se considera "política".

A Menuhin, quien falleció en 1999, lo han ido "eliminando" cada vez más de los principales medios de comunicación, que se han convertido en la válvula de escape del racismo belicista que ejemplifica la "rusofobia", coordinada por la OTAN y los círculos financieros militares-industriales afines, para imponer una "dictadura del pensamiento" en apoyo de su guerra sustituta contra Rusia.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Menuhin estaba decidido a convertir su obra musical en una fuerza estética que impidiera que se repitieran las atrocidades de la guerra. Durante seis años, una cifra sin precedentes, Menuhin fue Presidente del Consejo Internacional de la Música de la ONU. Después de dar 500 conciertos para las tropas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial, insistió en que los gobiernos le permitieran en 1945 actuar en Rusia y luego en Alemania, para empezar inmediatamente a restablecer las relaciones humanas entre los pueblos de las naciones enfrentadas. En 1952, Menuhin se hizo amigo personal del Primer ministro de India, Jawaharlal Nehru, y colaboró estrechamente con Ravi Shankar, el principal profesor de música antigua del país. Nombrado embajador de Buena Voluntad de la UNESCO en 1992, declaró a los medios de comunicación: "Tenemos que inculcar el respeto por los demás seres humanos... Tenemos que desarrollar una nueva forma de pensamiento que no se base en los reflejos del hombre de las cavernas". La música, destacó, es "el mayor medio terapéutico del mundo". Puede cambiar a las personas "si están dispuestas a escuchar. Pero si ya están atrapadas en la locura, en el deseo de venganza, de poder coercitivo sobre los demás, entonces es demasiado tarde". Defendió la noción clásica de que la naturaleza de todos los miembros de la especie humana es "naturalmente creativa".

Nosotros, como Artistas, hacemos un llamado para revivir el criterio schilleriano del rol del descubrimiento artístico y la educación como un derecho humano básico; y que el llamado mundial de Beethoven, "Alle Menschen werden Brüder", que todas las personas vuelvan a ser hermanas, se convierta en la base de un Renacimiento necesario para asegurar el éxito de un Nuevo Orden Económico Mundial Justo. Si la ONU ha de desempeñar algún papel útil en el próximo período, debería revitalizar el legado de Yehudi Menuhin, y que su papel como ciudadano del mundo de extraordinario talento está en armonía con la convicción de Schiller de que todos los seres humanos están dotados del potencial para ser genios.

Firmante inicial: Renee Sigerson (Estados Unidos); graduada de la New York City High School of Music and Art; primera violonchelista, miembro y organizadora del Instituto Schiller.

Firmantes adicionales (la afiliación es sólo con propósito de identificación).

Gillesberg, Feride Istogu (Dinamarca); soprano, activista del Instituto Schiller.

Gorini, Liliana (Italia); presidente de Movisol (Italia); cantante (soprano); organizadora de la campaña por bajar la afinación al Do=256 Hz.

Greenspan, Margaret (Estados Unidos); pianista y directora musical de la Iglesia Luterana de Zion, Maywood, NJ; miembro del Coro del Instituto Schiller.

Guice, Nancy (Estados Unidos); licenciatura en educación musical; miembro del consejo directivo, Alto, solista y directora del Coro del Instituto Schiller de NYC.

Haight, Fred (Canadá); asesor musicólogo de la Fundación para el Revivir la Cultura Clásica (FRCC), escritor de la columna semanal "The Classical Principle" y profesor de ciencias musicales en su escuela de verano para jóvenes; colaboró en la publicación de "A Manual on the Principles of Registration and Tuning" del Instituto Schiller; profesor de guitarra clásica jubilado; compositor y arreglista aficionado.

Landry, Brian (Estados Unidos); cantante de ópera —tenor.

Mojon-Cheminade, Odile (Francia); graduada en Letras y Artes, Educación musical, de la Universidad París VIII-Vincennes; violinista.

Ogden, Alan (Estados Unidos); Trombonista bajo, Orquesta Sinfónica de Frederick (MD); Vientos Sinfónicos de Loudoun (VA); organista, pianista, pedagogo musical; miembro del Instituto Schiller.

Pearl, Jenn (Estados Unidos); Artista profesora de canto; Presidente del coro del Instituto Schiller de Nueva York.

Rasmussen, Michelle (Dinamarca); vicepresidente del Instituto Schiller, Dinamarca; música aficionada; escribe artículos sobre música clásica.

Schlanger, Harley (Alemania, Estados Unidos); vicepresidente de la junta directiva del Instituto Schiller; ex director de la revista Fidelio; violinista aficionado.

Shavin, David (Estados Unidos); violinista en la Sinfonía Nacional de Cuerdas, la Filarmónica de Arlington, la Sinfónica de Roanoke, etc.; cofundador del Cuarteto de Cuerdas de Leesburg; historiador de la música; miembro del Instituto Schiller.

Shavin, Nancy (Estados Unidos); violinista; profesora de música; cofundadora del Cuarteto de Cuerdas de Leesburg.

Sigerson, John (Estados Unidos); vicepresidente del Instituto Schiller y director musical; coautor de "A Manual on the Principles of Registration and Tuning".

Smith, Jr., John C. (Estados Unidos); Sinfónica Juvenil de Seattle, tuba; Cuerpo de tambores y clarines de la Academia Naval, corneta contrabajo; tubista fundador y 1er trombón de la Orquesta Sinfónica de Loudoun (VA); tenor solista, Coral Diehn de la Universidad Old Dominion (VA); solista y miembro del Coro del ICLC y del Instituto Schiller; ingeniero superior de proyectos y planetario.

Ugarte, Ana María (Estados Unidos); compositora, escritora de canciones, cantante de ópera, mezzo soprano.

Ulanowsky, Philip (Estados Unidos); fotógrafo; pianista clásico aficionado; miembro del Instituto Schiller.

Vereycken, Karel (Bélgica, Francia), pintor-grabador; historiador del arte; diplomado de la Academia Saint Luc y Bellas Artes de Bruselas.

Weiss, Frederick (Estados Unidos); músico profesional (violín, bajo); ex bajo solista con la Davidsbund Chamber Players (Músicos de Cámara de Davidsbund), Filadelfia, Penn; ex bajo principal de la Orquesta de Minería, Ciudad de México.

Para mayor información escribe a: [email protected]