Schiller Institute (ES)

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INSTITUTO SCHILLER
¡NO más Hiroshimas! ¡NO más Nagasakis!
¡NO a la guerra nuclear!

Organizadores del Instituto Schiller y de The LaRouche Organization están distribuyendo a las puertas de los teatros y cines donde se está mostrando la película Oppenheimer, sobre la bomba atómica, muy apropiada para el momento que estamos viviendo, este volante como parte de las movilizaciones para advertir del peligro de una guerra nuclear y exigir que se detenga la guerra. Esta movilización la estamos llevando a cabo junto con la coalición Humanity for Peace (Humanidad por la Paz) a nivel internacional. 

**El 6 de agosto, día del 78 aniversario del bombardeo a Hiroshima estaremos manifestando contra la guerra en muchas ciudades del mundo.

Sigue el texto del volante:

Están a punto de ver una película de gran relevancia que toca una parte importante de la historia de la humanidad: el bombardeo a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki con bombas atómicas. Cuando se tomó la decisión de lanzar las bombas en 1945, entramos en una época en la que el arma más poderosa que hasta entonces se había desarrollado en la historia del mundo y que era capaz de eliminar la vida del planeta, fue utilizada por razones de geopolítica.

Esto no fue un incidente que era imposible evitar, ni fue culpa de que el hombre descubriera el átomo. Ese descubrimiento, hecho a principios del siglo pasado, fue un punto de inflexión en la historia, en el que la humanidad descubrió una fuerza tremenda de la naturaleza, que si fuese dominada y dirigida, tendría la capacidad de llevar el desarrollo a toda la humanidad. Aquí la culpa reside en las decisiones perversas de un pequeño grupo de personas, el embrión de lo que es hoy el complejo militar industrial, que decidieron desplegar un arma con un poder destructivo tal que convenciera a todas las naciones de que tenían que cantar la tonada que les impusieran las potencias que las poseían.

En tanto el Presidente Franklin Delano Roosevelt (FDR) tomó la decisión de echar a andar el Proyecto Manhattan aconsejado por Albert Einstein, quien sabía que los alemanes estaban ya trabajando en un proyecto similar, él ya no estaba vivo cuando Einstein le envió el mensaje rogándole que no la usara. Y como indica la película, no existía ninguna razón verdadera para utilizarla en contra de Japón, puesto que los japoneses ya estaban por rendirse. La decisión que fue tomada por el Presidente Harry Truman, a instancias del general Leslie Groves, el jefe militar del proyecto, se hizo para enviar una señal a Moscú, de que Estados Unidos tenía en su haber lo más avanzado en fuerza militar destructiva existente hasta el momento. Solo en ese cometido geopolítico, fueron asesinados más de 100.000 japoneses, y fueron gravemente heridos 100.000 japoneses más.

Mientras algunas personas, como Leslie Groves y lord Bertrand Russell, pedían que se utilizara la bamba en contra de la Unión Soviética como parte de una “guerra preventiva” antes de que los soviéticos pudiesen desarrollar un arma similar, afortunadamente una decisión tan demente como esa nunca sucedió. No obstante, el mundo entró en una era en la que la espada de Damocles de un holocausto nuclear pendía sobre la humanidad como un peligro existencial verdadero. En este momento, el conflicto en Ucrania, que está a punto de convertirse en una guerra entre dos potencias nucleares, ha hecho que esa amenaza la tengamos mucho más cerca. Cuando salgas de ver la película y dejas el teatro tienes la imagen de un J. Robert Oppenheimer, que repentinamente piensa para su horror, en la inmensa destrucción que ha desatado en el mundo, debes pensar dos veces sobre tu propia situación hoy, en vista de que de nuevo el mundo está sentado al borde de un precipicio en el que la existencia misma de la humanidad está en juego.

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