Una solución global para acabar con el ciclo de violencia en el Sudoeste de Asia
El ciclo de violencia perpetua en el Sudoeste de Asia, también conocido como Oriente Medio, está consumiendo generación tras generación en una guerra mortal. Nos unimos como una sola humanidad para detener esto de inmediato; unimos nuestras voces a lo que Brasil, China y otras naciones de la Mayoría Global están sugiriendo a las Naciones Unidas.
China declaró que "apoya que el Consejo de Seguridad realice una reunión de emergencia sobre el conflicto palestino-israelí, está de acuerdo en que la reunión debe centrarse en las preocupaciones humanitarias, exigir un alto al fuego, la protección de los civiles y el fin de la violencia, formar un consenso internacional vinculante y tomar próximas medidas concretas".
Consideramos que esto indica la línea de acción adecuada. Proponemos los pasos siguientes:
1er paso: Exigimos poner fin a la migración forzada desde Gaza.
2do paso: Exigimos un cese al fuego y detener la matanza diaria por todos los medios disponibles.
3er paso: La Organización de Naciones Unidas (ONU) tiene que encontrar la manera de hacer cumplir su Resolución 242, adoptada el 22 de noviembre de 1967, y los dos puntos de dicha resolución: "(i) La retirada de las fuerzas armadas de Israel de los territorios ocupados en el reciente conflicto" y "(ii) Cese de todas las reclamaciones o estados de beligerancia, y el respeto y reconocimiento de la soberanía, integridad territorial e independencia política de todos los Estados de la zona y de su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas, libres de amenazas o actos de fuerza".
Estas medidas contribuirán a elevar la voz del Sur Global poscolonial, en lugar de sólo la de la "OTAN Global". La preocupación apropiada de toda la humanidad es la paz, no la guerra global, y en este sentido evocamos el propósito original de la Carta de las Naciones Unidas para que se sostenga:
“NOSOTROS LOS PUEBLOS DE LAS NACIONES UNIDAS RESUELTOS a preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra que dos veces durante nuestra vida ha infligido a la Humanidad sufrimientos indecibles, a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas, a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional, y a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad…”.
Nosotros, los abajo firmantes, nos comprometemos a encontrar lo que el Primer ministro de Israel, Yitzhak Rabin, llamó "la valentía para cambiar nuestros axiomas", y a buscar y ganar la paz en el Sudoeste de Asia.
Para mayor información, póngase en contacto con el Instituto Schiller en https://schillerinstitute.com/ o escriba a [email protected]
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