Presentación de Helga Zepp-LaRouche en la reunión No 90 de la Coalición Internacional por la Paz
Viernes 21 de febrero de 2025
22 de febrero de 2025 (EIRNS) — Enseguida reproducimos la evaluación estratégica con la que dio inicio Helga Zepp-LaRouche a la 90ª reunión semanal consecutiva de la Coalición Internacional por la Paz del viernes 21 de febrero, además de otras comentarios destacados.
Helga Zepp-LaRouche: Permítanme saludarles a todos. En realidad, nos encontramos en una transformación extremadamente emocionante de la situación estratégica. Solo han pasado cuatro semanas desde que el Presidente Trump está en la Casa Blanca, y es justo decir que el mundo ya se ha puesto patas arriba; no lo suficiente, pero sí en gran medida. Creo que la mejor caracterización para el cambio es el comentario en la revista The Economist ayer, refiriéndose a los cambios dramáticos. Primero, la llamada telefónica entre el Presidente Putin y el Presidente Trump; luego, la sorprendente intervención del vicepresidente J.D. Vance en la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde dijo que la mayor amenaza para Europa no procede de Rusia ni de China, sino del interior de la Unión Europea. Esto ha provocado que la gente se vuelva absolutamente hipertónica, fuera de si, enloquecida en todas direcciones. Luego, naturalmente, la importantísima reunión en Riad, Arabia Saudita, entre el ministro de Asuntos Exteriores Lavrov y el secretario de Estado Rubio, que ha provocado que The Economist diga que se trata del mayor acontecimiento desde el final de la Guerra Fría. Es toda una declaración.
Obviamente, si se piensa en ello, en la Segunda Guerra Mundial Estados Unidos y la Unión Soviética formaron una coalición para derrotar al nazismo, y luego fue el infame discurso de Winston Churchill, el llamado discurso de la Guerra Fría [cortina de hierro] en 1946, el que empezó a apartar a Estados Unidos de la alianza con la Unión Soviética. Como Truman era una figura muy débil, eso llevó al comienzo de la “relación especial” entre Estados Unidos y Gran Bretaña, que fue realmente la base de gran parte del llamado mundo unipolar que surgió después del colapso de la Unión Soviética y el final de la Guerra Fría. Así que ahora los británicos están asustados de que esta serie de acontecimientos esté significando tal realineamiento estratégico.
Debo decir que si nos fijamos en los comentarios, que son histéricos en su mayoría, o escépticos, diciendo que Trump realmente no hace una gran diferencia; él todavía está atado al complejo militar-industrial; mira lo que está haciendo en Oriente Medio con Netanyahu. Hay todas estas reacciones, que van desde el Síndrome de Trastorno por Trump hasta verlo como si todo fuera completamente color de rosa y Trump lo arreglara todo. Pero creo que lo que hace falta es analizar este cambio axiomático más profundo que vemos y que tenemos que abordar, si queremos hacer oír nuestra voz para aportar una solución real; que tiene que ser un Nuevo Paradigma en toda la situación estratégica mundial.
Ahora, los europeos, como decía, están completamente asustados porque Zelenski ha sido llamado dictador por el Presidente Trump. Están diciendo que quieren seguir por su cuenta, lo que es completamente absurdo, porque sin Estados Unidos no hay manera de que los europeos por sí solos puedan mantener la guerra en Ucrania contra Rusia. Macron, por su parte, está diciendo que visitará a Trump el lunes 24 de febrero; está tratando de perfilarse como la voz de los europeos, para decirle a Trump que sería un error estratégico mostrar una señal de debilidad ante Putin, y que Rusia será imparable; sobre la amenaza que Rusia representa para Europa, para Francia, y así sucesivamente. Macron estará en Washington el lunes. Unos días después vendrá Keir Starmer, el Primer ministro británico. Obviamente intentará arreglar la relación especial, lo que obviamente no va a ser fácil, sobre todo si la gente tiene claro de qué se trata todo esto.
Luego, según el parlamentario finlandés Mika Aaltola, del Partido Popular Europeo, dice que Estados Unidos ha dado a Europa tres semanas para que acepte el acuerdo con Ucrania, los términos de la rendición, o Estados Unidos retirará las tropas de Europa. No creo que eso fuera lo peor del mundo, porque si se disolviera la OTAN y se sustituyera por una verdadera arquitectura de seguridad y desarrollo que tuviera en cuenta los intereses de todos los países del planeta, sería muy bueno.
En realidad, la OTAN debería haberse disuelto ya en 1991, cuando se disolvió el Pacto de Varsovia. Esto también tiene efectos increíbles en la cohesión de la Unión Europea, donde seguro que Michele Geraci nos dirá cuál es el papel de Italia. Pero por parte de los húngaros, no apoyan más sanciones contra Rusia, que la Unión Europea acaba de acordar. Hungría también exige documentación a Estados Unidos sobre la flagrante injerencia en los asuntos internos húngaros, quizá en relación con USAID, que ahora ha sido clausurada. Además, el Primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, dijo que los europeos deberían dejar de llorar por no haber sido invitados a la reunión de Riad. No es sólo una metáfora. Christoph Heusgen, el jefe de la Conferencia de Seguridad de Múnich, se puso realmente como un niño llorón y tuvo que abandonar la escena. Eso es extremadamente dramático, y está muy claro que los europeos han estado a la cola del gobierno de Biden; convirtiéndose en la mascota de esta relación especial durante tanto tiempo, que no pueden espabilarse fácilmente y reconocer que lo mejor para ellos sería que haya paz en Europa y no lanzar la Tercera Guerra Mundial. Es una gran tarea. Hay una tendencia centrífuga en la Unión Europea; muchos países se oponen cada vez más a Bruselas, a la que consideran que no representa los intereses de los Estados miembros.
Ahora, pasando al segundo gran lugar de acontecimientos, Oriente Medio: hoy también hay una reunión muy importante en Riad, auspiciada por [el príncipe heredero] Mohammed bin Salman, donde se reúnen los egipcios, los jordanos, el Consejo de Cooperación del Golfo, antes de la gran reunión de emergencia de El Cairo de la cumbre árabe que se ha pospuesto del 27 de febrero al 4 de marzo, para presentar la contrapropuesta egipcia a la idea del Presidente Trump de desplazar a los palestinos y construir una Riviera en Gaza; que ha sido absolutamente rechazada por todos los países árabes, todos los vecinos, que lo consideran absolutamente inaceptable.
Obviamente la gran pregunta aquí es, los egipcios han ofrecido, en la medida en que ya se conoce su plan, reconstruir Gaza en tres años; haciéndola más hermosa de lo que era antes, y los palestinos seguirán viviendo allí. Obviamente, Netanyahu debe estar muy descontento con ello, por lo que no es una sorpresa que tres autobuses vacíos hayan sido volados por una bomba cerca del aeropuerto de Tel Aviv. Obviamente, la gran espada de Damocles pende sobre Cisjordania, donde las Fuerzas de Defensa de Israel siguen estándo sumamente activas. Así pues, la situación está muy lejos de estar bajo control, y creo que tenemos que redoblar nuestros esfuerzos para poner sobre el tapete el Plan Oasis como solución, con la esperanza de que los países árabes lo adopten como perspectiva de desarrollo, no sólo para Gaza e Israel, sino para toda la región.
En estos momentos estamos llevando a cabo una movilización para pedir a la gente que respalde el Plan Oasis, para ampliar más la discusión. Pero en estas discusiones ha quedado claro que a la gente le cuesta mucho entender cómo funcionaría el Plan Oasis. Dicen que a menos que haya una solución de dos Estados, no hay forma de que haya desarrollo económico. No se entiende ue se trata de un proceso organizativo, que tenemos que organizar no sólo a cada uno de los países y fuerzas de toda la región, desde la India hasta el Mediterráneo, desde el Cáucaso hasta el Golfo. De lo que estamos hablando no es sólo de la reconstrucción de Gaza, que obviamente es la pieza central de todo esto, sino de convertir una región, Oriente Medio, que es desértica.
No crecenada; no hay verde; no hay agricultura; no hay bosques. Este plan utilizaría la producción de agua dulce a partir del agua de los océanos, de los acuíferos, de la ionización del aire, pero especialmente mediante la desalinización del agua de los océanos, para crear un sistema de irrigación que conecte canales y ríos, y crear nuevas zonas climáticas haciendo que caiga más lluvia, y básicamente reconquistar toda la región del desierto para hacerla habitable para todos los países. Y todos los países deben beneficiarse de ello, desde Afganistán hasta Iraq, pasando por Siria y Yemen; todos los países que han sido destruidos por la guerra. Esto se puede hacer; los chinos han demostrado en su desierto en el noreste de China, que se puede transformar el desierto en tierra para la agricultura, los bosques, y así sucesivamente. Los chinos ya han dicho que podrían hacerlo.
Por lo tanto, la lucha por Gaza como opción de paz es mucho más. Obviamente significa que tiene que haber una solución de dos Estados, pero los israelíes reconocerán, estoy seguro, que es en su propio interés absoluto no estar rodeados de gente que les odia, y continuar el ciclo de violencia, sino cambiar el paradigma para siempre para tener una cooperación pacífica entre los vecinos de Israel, e Israel a través del desarrollo económico conjunto.
Esta es la lucha para que, realmente, a partir de un asunto local o regional, verlo en el contexto de un cambio de paradigma mucho mayor. Tenemos que catalizar a toda la humanidad para que pase de una confrontación geopolítica, en la que los países piensan que tienen que tener un enemigo y toda la política es un juego de suma cero, a un paradigma en el que la gente entienda que la humanidad única debe ser lo primero. Entonces se pueden definir los intereses nacionales, siempre que estén en afinidad con los intereses de toda la humanidad. De eso se trata realmente nuestra lucha; pero creo que hay muchas razones para ser optimistas, y entrar en esta lucha con el mayor ímpetu posible.
Sobre la cooperación y un Plan Mashall
[Un poco más tarde] En realidad estoy bastante satisfecha de que el debate parezca converger por parte de todos los participantes en este diálogo en la idea de que necesitamos un Plan Marshall. Un Plan Marshall para África, un Plan Marshall para América Latina, para Asia. Es evidente. En 2014, cuando Xi Jinping promulgó la Iniciativa de la Franja y la Ruta e hizo de la Nueva Ruta de la Seda la política oficial de China, publicamos inmediatamente todos nuestros estudios de una década, en un informe titulado “La Nueva Ruta de la Seda se vuelve el Puente Terrestre Mundial”. Ese libro sigue siendo tan absolutamente urgente, que ahora podría ponerse sobre el tapete internacionalmente, porque es un anteproyecto para el desarrollo de infraestructura de todos los continentes y para que todos los continentes estén conectados a través de puentes, a través de túneles; creando así las condiciones para el desarrollo industrial, para que la pobreza sea erradicada con toda seguridad.
Ahora, los chinos fueron los únicos que persiguieron esa política con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y trabajando en muchos proyectos diferentes con Indonesia, Laos, Perú, con muchos países africanos. Los europeos generalmente se asustan, y también los Estados Unidos se asustan y dicen: “Oh, los chinos están haciendo todas estas cosas”. Pero los europeos podrían haber hecho lo mismo en los últimos 70-80 años, ¡pero no lo hicieron!
Ahora creo que estamos en un momento en el que hay la voluntad de dar ese paso adicional para unir a los países del Sur Global, que están decididos a poner fin al periodo del colonialismo para siempre. Debido al ascenso de China, ahora cuentan con un poderoso aliado, de modo que pueden hacer lo que no fue posible en la Conferencia de Bandung de 1955, donde Chu Enlai y Nehru y Sukarno ya exigían poner fin a la nueva forma de colonialismo. Pero en aquel momento carecían de la fuerza necesaria para realizarlo, pero ahora, gracias a que también cuentan con la aportación de India, de Japón, algunos de estos países están despegando realmente. Indonesia superará a Alemania como tercera economía en uno o dos años, así que ya no se habla de pobreza total en todas partes. Pero creo que en lo que realmente tenemos que concentrarnos, y lo he estado diciendo todo el tiempo, es en una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo que tenga en cuenta los intereses de todos y cada uno de los países del planeta. No es sólo una arquitectura de seguridad; es una arquitectura de seguridad y desarrollo, porque el nuevo nombre de la paz viene del desarrollo.
La semana pasada, cuando tuvimos el increíble placer de contar con la presencia de la Dra. Pandor en nuestra reunión, hizo la observación absolutamente importante de que el Plan Oasis, o el principio del Plan Oasis, de transformar los países subdesarrollados a través de la energía y el agua, etc., en países desarrollados, es también la esencia del Plan África para 2063. Se trata de un plan excelente, que también aboga por erradicar la pobreza y el subdesarrollo y convertir a los países de todo el continente africano en países de medianos ingresos.
Por tanto, creo que lo que realmente deberíamos sacar de esta reunión es que tenemos que hacer un esfuerzo consciente para decir a la gente de los países europeos (no todo el mundo es un halcón de guerra; hay gente que son seres humanos normales; hay partidos que no son exactamente halcones) que realmente tenemos que dar un paso más en la idea de que Estados Unidos y China deberían cooperar en América Latina, en lugar de que Rubio vaya por ahí diciendo a los panameños que deberían echar a los chinos. Esto no es bueno.
Debemos avanzar a la idea de que necesitamos un mundo en el que los estadounidenses puedan hacer funcionar sus locomotoras en ferrocarriles construidos por los chinos. Y que los europeos puedan beneficiarse de los avances logrados en la India, en Bangalore y en otros lugares en el campo de las tecnologías modernas. Y que pasemos a una división del trabajo en la que organicemos nuestro mundo para el bien común de todos. Creo que eso es lo que yo llamo la era de los adultos, en la que no te peleas por tu juguete ni le das una patada en la rodilla a tu vecino, sino que dices “cómo podemos organizar este hermoso planeta para que sea habitable para todos los seres humanos juntos”. Creo que ese es el umbral en el que nos encontramos ahora.
Observaciones finales
Creo que la razón por la que el Instituto Schiller se llama Instituto Schiller tiene todo que ver con las ideas de Schiller. No sólo fue el poeta más grande en lengua alemana, sino también un filósofo de primer orden. Escribió mucho sobre el tema que nos ocupa; en concreto, dijo que hay que dar a los contemporáneos lo que necesitan, y no lo que quieren. Hay que pensar en términos de futuro y juzgar el presente desde ese punto de vista. Siempre he seguido esa pauta sobre cómo juzgar las cosas. En lugar de trabajar de abajo arriba, intento ver las cosas de arriba abajo y obtener primero una visión de conjunto.
Por ejemplo, cómo creo que debería ser la humanidad dentro de 100 años, dentro de 1.000 años, o incluso dentro de 10.000 años, o dentro de 20.000 años, que es más o menos el tiempo transcurrido desde la última Edad de Hielo. Es un periodo de tiempo muy corto en términos de la historia del universo. Pero en estos 20.000 años, imagínate el enorme progreso que ha hecho la humanidad. Si extrapolamos eso y pensamos que el desarrollo puede ser no lineal, los grados de libertad incluso aumentan en el futuro. Eso significa que tengo una visión extremadamente optimista sobre el potencial ilimitado de la especie humana para desarrollar sus facultades intelectuales, pero también sus facultades emocionales y de carácter, la belleza del carácter. No creo que estemos condenados a ser como animales mejores o peores y a estar en este modo de confrontación.
Creo que, si hacemos bien nuestro trabajo, estamos a las puertas de una nueva era. Se mencionó la idea del cambio de fase; y otra imagen para la misma idea es la diferencia de perspectiva axiomática de la Edad Media a los tiempos modernos. Si pensamos en el siglo 14 en Europa, había superstición; hubo la peste negra; la gente creía en brujas; creían en todo tipo de rituales bacanales. Esa Era de Tinieblas fue superada por el Renacimiento italiano y surgió una nueva imagen del hombre que le daba mucha más soberanía sobre su propio pensamiento, sobre el papel de la ciencia y la tecnología, una concepción mucho más racional. Creo que estamos al borde de una transformación similar, en la que los viejos axiomas del paradigma que estamos a punto de abandonar serán considerados en el futuro como algo extremadamente retrasado. Geopolítica. La gente dirá: “¡Dios mío! Esta gente creía en la geopolítica. ¿Te imaginas lo retrasados que eran?”. Pensaremos en la humanidad única de maneras que serán exploradas. Pero con esperanza contribuiremos a que la especie humana sea verdaderamente humana; y eso sería maravilloso.
Así pues, quiero invitarles a todos a que sigan con nosotros. La tarea inmediata es que tenemos que resolver el problema de Oriente Medio; tenemos que resolver la paz en Ucrania. Pero estoy de acuerdo con los anteriores oradores en que debemos tener la vista puesta firmemente en un futuro mejor para la humanidad.
Para más información, escríbenos a [email protected]
Consulta las reuniones anteriores de la Coalición Internacional por la Paz en:
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