Archivo en inglés (con video)
Acompaña a Humanidad por la Paz (Humanity for Peace) este domingo 26 de noviembre, a las 11:00 am (H/Este de Estados Unidos); 5:00 pm (H/central europea), en un Foro de Emergencia y la muestra exclusiva del documental "8:15 Hiroshima: From Father to Daughter" (8:15 Hiroshima: de padre a hija)
Ponentes:
- Helga Zepp-LaRouche, fundadora del Instituto Schiller
- Ray McGovern, cofundador de Veteranos Profesionales de la Inteligencia por la Cordura (VIPS, por sus siglas en inglés).
Mostraremos el documental "8:15 Hiroshima: From Father to Daughter" (8:15 Hiroshima: de padre a hija), dirigido por J.R. Heffelfinger, y, escrito y producido por la Dra. Akiko Mikamo.
- Dra. Akiko Mikamo estará allí para el período de diálogo y para responder preguntas.
Un artículo del 5 de noviembre publicado en el periódico del área metropolitana de Washington, Politico, titulado, "Israel Minister Suspended after Calling Nuking Gaza an Option" (Suspenden a ministro israelí por decir que lanzar una bomba nuclear sobre Gaza es una opción), informaba que "el ministro de Patrimonio de Israel, Amichai Eliyahu, fue suspendido indefinidamente después de que dijera en una entrevista que lanzar una bomba nuclear sobre la Franja de Gaza era 'una de las posibilidades', anunció el gobierno el domingo 5 de noviembre".
Sería una grave irresponsabilidad no tomarse en serio esta amenaza. Las Fuerzas de Defensa de Israel ya han detonado entre 25.000 y 30.000 toneladas de bombas en Gaza desde el 7 de octubre. Esta cifra supera con creces el tonelaje de las bombas lanzadas en los ataques aéreos más letales de la Segunda Guerra Mundial, como los de Hamburgo (4 ataques, 9.000 toneladas), Dresde (4 ataques, 3.900 toneladas) y Tokio (1.665 toneladas). Se están cometiendo crímenes de guerra a la vista de todo el mundo.
La agencia de prensa de Turquía, Anadolu, informó el 12 de octubre que "La Fuerza Aérea de Israel (FAI) dijo... que ha lanzado 'alrededor de 6.000 bombas contra objetivos de Hamás' en Gaza desde el ataque del sábado, lo que casi iguala el número de bombas que utilizó Estados Unidos en Afganistán en un año. El diario Washington Post, cita a Marc Garlasco, asesor militar de la organización holandesa PAX for Peace, que informó que Israel ‘ha lanzado, en menos de una semana, lo que Estados Unidos lanzó en Afganistán en un año, en una zona mucho más pequeña y densamente poblada, donde los errores se van a magnificar’…". Se están cometiendo crímenes de guerra a la vista de todo el mundo.
¿Ha vuelto la era de la década de 1930, en que los crímenes de guerra se defendían y justificaban públicamente? ¿Se ha tomado la decisión, contraria a las resoluciones ratificadas de la Organización de Naciones Unidas (ONU), a los Acuerdos de Oslo de 1993, a las Convenciones de Ginebra y al código de Núremberg —así como a la "Destrucción Mutua Asegurada" de las armas termonucleares— de reintroducir el asesinato en masa en la guerra como una práctica "legítima"?
"Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, hasta el 7 de noviembre del 2023 habían muerto 10.328 personas en la Franja de Gaza, entre ellas 4.237 niños, 2.719 mujeres y 631 ancianos. Además, 25.956 personas han resultado heridas y 2.450 están desaparecidas, entre ellas 1.350 niños, la mayoría cubiertos por algunas de las 262.000 viviendas dañadas. Hasta ahora han matado a 192 miembros del personal médico", informaba la edición del 17 de noviembre de la revista médica británica The Lancet. Estas muertes —personas reales con aspiraciones reales, no "daños colaterales"— no pueden ser ni necesarias, ni correctas, ni justificadas.
Tomen en consideración la entrevista reciente que dio a la BBC el veterano parlamentario británico y secretario de Estado para la Defensa, Grant Shapps, cuando le preguntaron si creía que Israel está actuando de forma desproporcionada en sus acciones militares contra Gaza: "Creo que se olvida que en la guerra, por desgracia, la gente pierde la vida. Cuando Gran Bretaña bombardeó Dresde, al parecer 35.000 personas perdieron la vida. La gente muere en la guerra".
Luego, recuerden la infame declaración reseñada por el corresponsal Peter Arnett el 7 de febrero de 1968 sobre el bombardeo estadounidense a la aldea vietnamita de Ben Tre: "…'Fue necesario destruir la ciudad para salvarla', dijo el miércoles un mayor estadounidense... sin importar las bajas civiles, debían bombardear y bombardear la otrora plácida ciudad ribereña de 35.000 habitantes para derrotar a las fuerzas del Viet Cong". Los mismos crímenes de guerra, diferente país, diferente década, diferente gente, diferente "causa justa irrefutable". ¿Vamos a tolerar esto otra vez?
Cuando, en 1962, el Presidente John F. Kennedy fue presionado por miembros de la línea dura de su gobierno para que lanzara una invasión militar a Cuba "en defensa de Estados Unidos", después de que la Unión Soviética había colocado allí misiles balísticos —misiles que, desconocido para los estadounidenses en aquel momento, estaban armados con ojivas nucleares— se negó y salvó al mundo de una guerra nuclear, quizás a costa de su propia vida. Al igual que el Primer ministro israelí Yitzhak Rabin, asesinado el 4 de noviembre de 1995 por extremistas israelíes que se oponían a la colaboración de Rabin con Yasser Arafat en los "Acuerdos de Oslo" para la paz en Gaza y Cisjordania, Kennedy tuvo el valor de cambiar los axiomas de Estados Unidos. En su discurso del 10 de junio de 1963 en la American University, propuso lo siguiente: "Examinemos nuestra actitud hacia la paz misma. Demasiados de nosotros pensamos que es imposible. Demasiados piensan que es irreal. Pero esa es una creencia peligrosa y derrotista. Lleva a la conclusión de que la guerra es inevitable, de que la humanidad está condenada, de que estamos atenazados por fuerzas que no podemos controlar. No tenemos por qué aceptar ese punto de vista. Nuestros problemas son obra del hombre y, por lo tanto, pueden ser resueltos por el hombre. Y el hombre puede ser tan grande como quiera. Ningún problema del destino humano está más allá de los seres humanos. La razón y el espíritu del hombre han resuelto a menudo lo aparentemente irresoluble, y creemos que pueden volver a hacerlo”.
El domingo 26 de noviembre, a las 11:00 am (hora del Este de Estados Unidos), Helga Zepp-LaRouche, fundadora del Instituto Schiller, y Ray McGovern, ex analista de la CIA y cofundador de Veteranos Profesionales de la Inteligencia por la Cordura, miembros de la Coalición Internacional por la Paz (CIP), presentarán una alternativa a la locura e instarán al mundo a que, estando al borde de la aniquilación, dé un giro hacia la cordura. Tras sus presentaciones y debate, proyectaremos la película "8:15 Hiroshima: De padre a hija", dirigida por J.R. Heffelfinger y escrita y producida por la doctora Akiko Mikamo. Es un relato de primera mano del bombardeo atómico a la ciudad de Hiroshima por las fuerzas estadounidenses. La doctora Mikamo estará disponible para dialogar al final de la película y responder preguntas.
Para mayor información escribe a [email protected]