Declaración de emergencia del Instituto Schiller

Westfalia, no Versalles:
¡El mundo necesita un 'Plan Oasis'

en Oriente Medio!

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La elección ya no es entre la violencia y la no violencia. La elección es entre la no violencia y la no existencia.

— Rev. Dr. Martin Luther King, Riverside Church, 4 de abril de 1967

17 de octubre de 2023— La Relatora Especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Francesca Albanese, advirtió el 14 de octubre que: "En nombre de la autodefensa, Israel quiere justificar lo que equivaldría a una limpieza étnica... Israel ya ha llevado a cabo una limpieza étnica de palestinos en masa bajo la niebla de la guerra". El Suroeste de Asia es ahora el escenario de lo que es la fase más reciente de la Tercera Guerra Mundial que se libra ahora contra Rusia y China. A veces se le llama a esa guerra "Ucrania-Rusia"; antes se llamaba "Afganistán"; hoy, se llama "Oriente Medio". Pocos se atreven a llamarla por su verdadero nombre. Como señaló J. Robert Oppenheimer en una entrevista: "Ahora me he convertido en la Muerte, la destructora de mundos".

Las vidas de millones —dos millones de personas en Gaza, y otros millones, de diferentes credos y naciones cercanas— penden de un hilo. La humanidad debe actuar; ya es casi demasiado tarde. La nación de China, que ahora acoge a 140 naciones en el Foro de la Franja y la Ruta, expresó la semana pasada una opinión con la que todas las personas cuerdas estarían de acuerdo: "la ONU tiene la responsabilidad y la obligación de desempeñar el papel que le corresponde en la cuestión palestina", y que China "apoya al Consejo de Seguridad en la celebración de una reunión de emergencia sobre el conflicto palestino-israelí, está de acuerdo en que la reunión debe centrarse en las preocupaciones humanitarias, exigir un alto al fuego, el fin de la violencia y la protección de los civiles, formar un consenso internacional vinculante y adoptar próximas medidas concretas".

¿Prevalecerá esta forma de pensar? ¿O la alianza financiera y bélica angloamericana de la "OTAN", con su intrigante y arrogante locura, se destruirá a sí misma y a la mayor parte de la vida del planeta mediante una guerra termonuclear "no intencionada", desencadenada por el fanatismo religioso y la orgía de "violencia retributiva" en erupción en el Suroeste de Asia, también conocido todavía por su nombre colonial británico como "Oriente Medio"? La credibilidad e incluso la propia supervivencia de las Naciones Unidas están ahora en juego.

El ciclo de violencia perpetua, que consume generación tras generación, contamina y profana una vez más los lugares sagrados de culto y los monumentos del punto de encuentro común del judaísmo, el cristianismo y el islam. Ha trascendido ampliamente a través de las publicaciones de referencia, la existencia de un pacto entre el Primer ministro Benjamin Netanyahu, y elementos dentro de Hamás para socavar la paz. El diario israelí Haaretz informó el 9 de octubre que "entre el 2012 y el 2018, Netanyahu dio su aprobación a Qatar para transferir una suma acumulada de unos mil millones de dólares a Gaza, de los cuales al menos la mitad llegó a Hamás, incluida su ala militar". Haaretz  también cita a Netanyahu "según el diario Jerusalem Post" haciendo la siguiente declaración el 11 de marzo del 2019: "'Cualquiera que quiera frustrar el establecimiento de un Estado palestino tiene que apoyar el refuerzo de Hamás, y la transferencia de dinero a Hamás', dijo Netanyahu a los miembros de su partido Likud en el Knesset en marzo del 2019. 'Esto es parte de nuestra estrategia'".

Qué ocurrió realmente el 7 de octubre aún está por investigarse. El momento del atentado no podría haber sido peor, o mejor. Las conversaciones en curso entre varias naciones de la región, incluso entre Arabia Saudita e Israel, así como con China y otras naciones de fuera de la zona, tratan de sustituir el conflicto arraigado y de larga data por una nueva era de cooperación económica internacional, a través de programas como la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR). Sea cual sea la motivación que se ofreció a los autores del atentado originado por Hamás, su efecto ha sido interferir en el avance de ese proceso tan delicado. Esas iniciativas están ahora amenazadas. Muchas cosas de lo que ocurrió con los sucesos del 7 de octubre, no están claras.

Lo que está claro son las atrocidades que ocurrieron ese día y desde entonces, y las que están por venir. ¿Se quedará ahora el mundo de brazos cruzados, como hizo en la Primera Guerra de Iraq de 1991 y sus secuelas, y contemplará la matanza despiadada de niños como hizo entonces, cuando 500.000 niños iraquíes fueron asesinados a través de las sanciones y la guerra durante cinco años? El 12 de mayo de 1996, la Secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, respondiendo a la corresponsal Lesley Stahl, después de que la reportera señalara que "son más niños que los que murieron en Hiroshima", dijo: "Creo que es una decisión muy difícil. Pero el precio, nosotros creemos que el precio merece la pena".

¿Quién es el "nosotros" del que habló Albright? ¿Incluía entonces al pueblo de Estados Unidos o de Europa? ¿Te incluye a tí ahora? ¿De verdad crees, o aceptas, que la población civil de Gaza, o de cualquier otro lugar, debe ser expulsada y enviada a otro país como resultado de un ataque a Israel al estilo del "11/septiembre" [2001] por parte de fuerzas que, según se nos ha dicho, estaban siendo apoyadas económicamente y de otras formas por Netanyahu y demás?

En un macabro "simple giro del destino", casi 2 millones de personas van a ser desplazadas ahora por los ejércitos de la nación cuyos antepasados fueron ellos mismos desplazados, y sus comunidades enteras erradicadas, una y otra vez, prácticamente en todo el mundo. Los colonialistas británicos de los siglos 19 y 20, que trazaron las líneas de este conflicto en los mapas en 1916 y 1917, no podrían estar más satisfechos. Sin embargo, el colonialismo se ha acabado, o debería. Hay que rechazar enérgicamente las migraciones de personas forzadas militarmente en cualquier parte del mundo, sea cual sea la justificación aparente. Una atrocidad no debe responder a otra. La bárbara "violencia purgativa" que Hamás llevó a cabo el 7 de octubre debe ser condenada por todos; pero matar a miles de enfermos, ancianos y jóvenes como "daños colaterales en la causa de un justo castigo" es un antídoto peor que la enfermedad. Eso garantizará que la enfermedad no se cure, sino que se extienda.

El Primer ministro Rabin y el ministro de Asuntos Exteriores Shimon Peres iniciaron el proceso secreto de los Acuerdos de Paz de Oslo con la Organización para la Liberación Palestina (OLP), y firmaron una Declaración en la Casa Blanca, el 13 de septiembre de 1993. Allí, Rabin dijo: "Nosotros que venimos de una tierra donde los padres entierran a sus hijos, nosotros que hemos luchado contra vosotros, los palestinos, os decimos hoy en voz alta y clara: ¡Basta de sangre y lágrimas, basta!". Las palabras más perdurables de Rabin fueron pronunciadas más tarde, en su famoso brindis a toda la humanidad: Brindemos por "quienes tienen la valentía de cambiar sus axiomas".

Rabin fue asesinado por extremistas religiosos israelíes, ¿o fue la "Oficina Internacional de Asesinatos", la gente que mató a Mohandas Gandhi, a John F. Kennedy, a Martin Luther King y a muchos, muchos otros? La memoria de Yitzhak Rabin debe inspirar la investigación de los sucesos del 7 de octubre. Hay algo más que debería hacerse, en nombre del martirizado Rabin, y del martirizado proceso de paz por el que dio su vida.

Debe haber un paquete de paz, un "Plan Oasis", que, en lugar de propagar las armas, dé estabilidad económica e incluso prosperidad a los pueblos del Suroeste de Asia, incluidos los palestinos. A menos de que se pongan, no botas en el suelo, sino palas en la tierra, nunca se arrancarán las raíces del odio y la división en toda esa zona, raíces que preceden y están aún más profundamente arraigadas que el actual conflicto entre Israel y Palestina. Una infraestructura avanzada de energía, agua y transporte para el Suroeste de Asia en su conjunto será un elemento central, en torno al cual se puede aglutinar la esperanza.

Debemos tomar ejemplo del nuevo movimiento "Se acabó el colonialismo", o sea, de las naciones BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) del mundo, y ahora del BRICS-Plus, con las naciones del sudoeste de Asia y de África (Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, e Irán, y Egipto y Etiopía), que están a punto de unirse al grupo del BRICS. Esto ayudará a hacer que se escuche la voz del Sur Global, en lugar de sólo la de la "OTAN Global", dominada por los viejos imperialismos de Europa más la política exterior y financiera autodestructiva de Estados Unidos.

De inmediato, debemos hacer lo que China y otras naciones están sugiriendo. Debemos detener la migración forzada desde Gaza. Debemos poner fin a la matanza diaria mediante un alto al fuego e incluso antes de eso, por todos los medios disponibles. La Organización de Naciones Unidas debe hacer cumplir su Resolución 242, adoptada el 22 de noviembre de 1967 y ratificada por Israel el 1º de mayo de 1968, que consta de dos proposiciones: "(1) Retirada de las fuerzas armadas de Israel de los territorios ocupados en el reciente conflicto; (2) Terminación de todas las reclamaciones o estados de beligerancia, y respeto y reconocimiento de la soberanía, integridad territorial e independencia política de todos los Estados de la zona y de su derecho a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas, libres de amenazas o actos de fuerza”.

Sin embargo, que quede claro: no hay ninguna posibilidad de resolver realmente la "crisis de Oriente Medio" originada por el imperialismo británico sin el tipo de deliberaciones a largo plazo, meticulosas e incluso tediosas que tuvieron lugar entre 1644 y 1648 en Westfalia, Alemania, para poner fin a la asesina Guerra de los Treinta Años en Europa.

En un discurso pronunciado en la Central Connecticut State University en el 2009, el economista y estadista Lyndon LaRouche lo expresó de la siguiente manera:

"Hay una solución, una solución de principio. Y la solución es: ¡Acabar con este maldito sistema imperialista! Y comprender que nosotros, como pueblo, debemos desarrollar nuestra cultura espiritual; es decir, las facultades creativas de la humanidad, para llevar más lejos el desarrollo de la humanidad, desde un carácter salvaje al lado de una hoguera hace un millón de años, más o menos, a la humanidad tal y como deseamos que se desarrolle hoy. Esa es la cuestión".

La solución-concepto de LaRouche requiere un cambio de axiomas. El principio diez de los "Diez Principios de una Nueva Arquitectura Internacional de Seguridad y Desarrollo" de la fundadora del Instituto Schiller, Helga Zepp-LaRouche, escrito en noviembre del 2022 tras el estallido de la guerra OTAN-Rusia en Ucrania, lo reafirma. "El supuesto básico para el nuevo paradigma es, que el hombre es fundamentalmente bueno y capaz de perfeccionar infinitamente la creatividad de su mente y la belleza de su alma, siendo la fuerza geológica más avanzada del universo, lo que demuestra que las leyes de la mente y las del universo físico están en correspondencia y cohesión, y que todo el mal es el resultado de una falta de desarrollo, y por lo tanto puede ser superado”. Este es el principio que debe sustituir a los axiomas suicidas que ahora sostienen los fatales combatientes del "conflicto Israel-Palestina", que no se puede ganar.

Pero Lyndon LaRouche también advirtió: "Mientras tanto, lucharemos. Haremos todo lo posible para tratar de conseguir la paz en esta zona, porque queremos detener la matanza. Pero no vamos a decirle a nadie que tenemos una solución que va a ser aceptada, que va a funcionar. Vamos a decir, tenemos una causa desesperada, y vamos a seguir luchando por ella".

Esa causa desesperada es la causa de la paz. Otro guerrero por la paz, el Presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, lo dijo así, en la American University, el 10 de junio de 1963: "Primero: Examinemos nuestra actitud hacia la paz misma. Demasiados de nosotros pensamos que es imposible. Demasiados piensan que es irreal. Pero esa es una creencia peligrosa y derrotista. Lleva a la conclusión de que la guerra es inevitable, de que la humanidad está condenada, de que estamos atenazados por fuerzas que no podemos controlar.

"No tenemos por qué aceptar ese punto de vista. Nuestros problemas son obra del hombre y, por lo tanto, pueden ser resueltos por el hombre. Y el hombre puede ser tan grande como quiera. Ningún problema del destino humano está más allá de los seres humanos. La razón y el espíritu del hombre han resuelto a menudo lo aparentemente irresoluble, y creemos que pueden volver a hacerlo".

La alternativa a la "insensata" búsqueda de la paz emprendida por John F. Kennedy, Yitzhak Rabin, Martin Luther King, Mahatma Gandhi y otros, es la Tercera Guerra Mundial, una guerra que ya ha comenzado. Ya "nos hemos convertido en la Muerte, destructora de mundos". La cuestión es: ¿Tendremos, como Yitzhak Rabin, la valentía de cambiar nuestros axiomas a tiempo para detener y dar marcha atrás a lo que ya hemos empezado? 

Para mayor información, por favor, escribe a: [email protected]


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