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¿La edad de la razón o la aniquilación de la humanidad?

Por Helga Zepp-LaRouche

19 de febrero de 2023 — El envío imprudente de cada vez más armas pesadas a Ucrania debe cesar de inmediato. La “narrativa” de que no hay líneas rojas, que “Ucrania debe ganar”, y que “hay que arruinar a Rusia” es una locura. La potencia nuclear más fuerte de la Tierra, Rusia, no puede perder la guerra, pero todos podemos perder juntos. Cualquier escalada, como un ataque a Crimea, o ataques al territorio de Rusia, son una completa locura. La idea de una guerra nuclear limitada “que se puede ganar”, significará una guerra termonuclear a escala global a corto plazo. A esto le seguirían muchos años de un invierno nuclear, lo cual sería el fin de la vida en la Tierra. ¡Con eso es con lo que están jugando los halcones de la guerra!

Esta guerra no se trata de Ucrania. Los ucranianos están siendo tratados como carne de cañón en una guerra sustituta por razones geopolíticas, y nosotros no los estamos “ayudando”, al prolongar esta guerra de desgaste hasta el último ucraniano. Esta guerra pone de manifiesto el hecho de que estamos en un cambio de época, que estamos al final de la era de supresión colonial y los países del Sur Global ahora exigen su derecho innato al desarrollo. El esfuerzo para mantener el mundo unipolar es inútil, porque ya no existe. El viejo orden, que, ni sigue reglas ni está ordenado, intenta evitar un cambio en el statu quo, que protege los derechos de los mil millonarios, pero abandona a miles de millones de personas que sufren de escasez.

Este mentado orden basado en reglas, intenta ahora establecer una OTAN Global por medio de una red interconectada de tratados militares que incluyen el acuerdo de la OTAN con la Unión Europea, el AUKUS (asociación Australia-Reino Unido-Estados Unidos) y el "Acuerdo de Acceso Recíproco" del Reino Unido con Japón, que cada vez se parece más a una marcha hacia un enfrentamiento global con Rusia y China, dado que su ascenso se considera una amenaza existencial. Según Evan Ellis, profesor de planta de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, experto en relaciones iberoamericano-chinas, habrá una guerra inevitable con China por Taiwán a más tardar en 2025 y esa guerra será global.

En medio de esta escalada, el afamado periodista estadounidense, Seymour Hersh, soltó una bomba al presentar los resultados de su investigación sobre el sabotaje a los gasoductos Nord Stream: que fue obra de Estados Unidos. Él describe cómo la planificación secreta de Estados Unidos para volar los oleoductos Nord Stream comenzó más de nueve meses antes, y que hubo un gran debate dentro de la comunidad de inteligencia sobre si hacerlo o no, dada la enorme posibilidad de que saliera el tiro por la culata. En una rueda de prensa con el canciller de Alemania, Olaf Scholz, el 7 de febrero del 2022, Biden dijo a los medios reunidos allí que si Rusia se adentraba en Ucrania, Estados Unidos tenía medios para asegurarse de que el gasoducto Nord Stream dejara de funcionar. Y el Canciller Scholz se quedó allí, como un niñito, sin siquiera murmurar una palabra en ese momento, ni hasta el día de hoy. Y Alemania se está desindustrializando como consecuencia de ello.

Debe haber inmediatamente una investigación internacional sobre las acusaciones que hizo Hersh, con la participación de Rusia. Porque si es cierto que Estados Unidos y Noruega sabotearon el oleoducto, las implicaciones son trascendentales. ¿Para qué necesita Alemania enemigos, teniendo amigos como éstos? Si las acusaciones de Hersh son ciertas, esto podría muy bien significar el fin de la OTAN.

Tenemos que poner fin al peligro de guerra deteniendo el suministro de armas a Ucrania.

Debemos hacer todo lo posible por encontrar una solución diplomática. Con la confesión de la ex Canciller de Alemania, Angela Merkel, y del ex Presidente de Francia, François Hollande, de que nunca tuvieron la intención de permitir el éxito del Acuerdo de Minsk, se ha arruinado la confianza en las relaciones internacionales con estas naciones y sus aliados. Por lo tanto, hay que hacer todo lo posible para apoyar el ofrecimiento del Papa Francisco de utilizar la sede del Vaticano para llevar a cabo negociaciones de paz incondicionales entre Rusia y Ucrania. Y si el Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, forma un grupo de paz de naciones del Sur Global, habría que añadir esto para apoyar los esfuerzos del Papa Francisco.

Pero más allá de estas medidas inmediatas, es absolutamente necesario superar la geopolítica que condujo a dos guerras mundiales en el siglo 20. Tenemos que hacer realidad una nueva arquitectura internacional de seguridad y desarrollo, que tenga en cuenta los intereses de seguridad de todos y cada uno de los países del planeta, una lección que deberíamos haber aprendido de la Paz de Westfalia, y tenemos que darnos cuenta de que no puede haber paz sin desarrollo.

Los principios para una paz duradera

Tenemos que discutir los principios sobre los que se puede construir el futuro orden de la humanidad, para poder autogobernarnos. El futuro orden mundial debe garantizar la vida y el potencial creativo de cada persona del planeta y, por lo tanto, debe eliminar el hambre, la pobreza y el subdesarrollo. Necesitamos conceptualizar y crear instituciones que puedan hacer realidad estos objetivos. Hay muchos puntos de referencia históricos útiles para la construcción de ese nuevo orden justo, como las intenciones originales de Franklin D. Roosevelt para que el Sistema de Bretton Woods aumentara drásticamente el nivel de vida de los países del Sur Global, al igual que la Carta de las Naciones Unidas. Están las propuestas de China para la Iniciativa de Seguridad Global (ISG) y la Iniciativa de Desarrollo Global (IDG).

Es evidente que hemos llegado a una encrucijada en la historia de la humanidad, en la que o bien nos autodestruimos en una guerra nuclear global, o bien nos damos cuenta de nuestro potencial como la única especie creativa conocida hasta ahora en el universo, y por tanto encontramos una solución que supere los conflictos actuales estableciendo un nivel superior de razón. Un buen ejemplo de ese método de pensamiento fue presentado al mundo en el siglo 15 por el cardenal Nicolás de Cusa con su “Coincidentia Oppositorum”, la Coincidencia de los Opuestos, que procede de la comprensión de que el Uno tiene un poder superior al de los Muchos.

Ya es hora de cohesionar el orden político, económico y social de la Tierra con las leyes físicas reales del universo, lo que también dará lugar a un optimismo sin límites en torno a la legitimidad creativa que subyace a la creación. Si cambiamos nuestra forma de pensar de esta manera, podemos forjar nuestro futuro de una manera que muy pocas personas intuyen hoy en día.

Pronto utilizaremos comercialmente la energía de fusión termonuclear y solucionaremos la escasez de energía; cooperaremos con las naciones africanas para hacer realidad la promesa de hacer de África el continente del futuro; cooperaremos en la ciencia y los viajes espaciales internacionales; aumentaremos la longevidad descubriendo curas para muchas enfermedades; y crearemos un nuevo renacimiento cultural para celebrar la creatividad de nuestra especie, por nombrar sólo algunas de las muchas cosas maravillosas que podremos hacer.

Añade tu nombre a la “Carta abierta a Su Santidad el Papa Francisco, de parte de dirigentes políticos y sociales: Acogemos con satisfacción su llamado a las negociaciones de paz inmediata” 

 

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